Prefiero el parchís
Jaque mate, la máquina gana.
-¿Otra vez?, maldije.
Apagué el ordenador y conecté el canal 64 de noticias en mi vieja TV en blanco y negro. Nada de interés, salvo el atropello del Rey emérito por “Alfil”, su caballo árabe, o la vuelta a la selección de Fernando Torres.
-¿Habrá algo peor?, quería llorar.
Me asomé a la ventana y, como cada día, el capataz de la obra de enfrente era incapaz de dirigir a sus peones.
Cogí una cerveza, me senté a la mesa y allí estaba la nota. Mi Reina se había ido.
-¿Otra vez?, maldije.
Apagué el ordenador y conecté el canal 64 de noticias en mi vieja TV en blanco y negro. Nada de interés, salvo el atropello del Rey emérito por “Alfil”, su caballo árabe, o la vuelta a la selección de Fernando Torres.
-¿Habrá algo peor?, quería llorar.
Me asomé a la ventana y, como cada día, el capataz de la obra de enfrente era incapaz de dirigir a sus peones.
Cogí una cerveza, me senté a la mesa y allí estaba la nota. Mi Reina se había ido.
Muy ocurrente la manera de utilizar las figuras del ajedrez en el relato. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar