Y el ángel soltó la pinza

Lo dejé en el aparador con el silencio activado y así lleva dos semanas. Corté toda comunicación con aquel hombre. Me había hecho ilusiones. ¿Será este mi buen compañero? Pero abriendo puerta tras puerta, fui descubriendo un ser maniático, ignorante y con la flexibilidad de un azulejo. La inocencia del principio, había desaparecido.Y ahora…¿empezar a buscar de nuevo? Qué cansancio. Tal vez un descanso. ¿Descanso? Hoy me toca fregar la escalera del edificio y antes tender la ropa…con este frío. Tal vez Alfredo, el viudo del tercero, se anime a decirme algo, aunque con lo tímido que es… tendría que bajar un ángel del cielo.



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